domingo, 15 de enero de 2012

La solución es la libertad. Nada de escenas de celos, cero prohibiciones, cien por ciento confianza y entrega. Si vas a estar controlando qué hace y deja de hacer, lo que piensa, lo que quiere y su respiración, deja ir; sin confianza no hay amor. Sin libertad, no hay oxígeno, hay ahogo.
La paranoia sombrea todo lo maravilloso de las relaciones. Deja de pensar, da dolor de cabeza; la vida no consta de analizar todo, pensá, pero no en esta ocasión, es mejor sentir. El amor no es un par de esposas, el amor es dejar la puerta abierta, si te quiere se va a quedar sin necesidad de llaves o cerrojos.
-Te quiero, te quiero y te dejo ser. Te quiero pero acepto que no sos mío, acepto que mañana, u hoy mismo, puedas irte sin darme explicaciones.
Cuando queres a alguien entregas tu corazón (en términos cursis) y te estas arriesgando a que el amor se vaya, pero si no intentas nunca vas a estar enamorado, estar enamorado es riesgo, pero es el riesgo más lindo. Sabes que tenés las manos sobre la leña y que nada te asegura que no se vaya a encender, sólo el amor te da seguridad. Infaltable seguridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario