sábado, 10 de noviembre de 2012

15 años al divino botón

No me acuerdo a través de quién fui a dos clases de danza clásica, con mi mamá y a no bailar.
Con un libro de la empresa en que trabajaba mi madrina pasé por todas las profesiones.
Usando los teclados rotos de las computadoras me hice la oficinista un tiempo.
Fui a una clase de árabe con una amiguita y me sentí trola.
Jugué unos 20 días al Handball hasta que me pusieron mi primer yeso y dejé contenta.
Pinté y regalé a toda mi familia figuritas de madera antes de descubrir la porcelana.
Hice animalitos y formas de porcelana fría hasta que noté que eran horribles y costosos.
Compré 5 pinturas para tela que mi mamá puteó durante meses, porque manché todo.
Me regalaron 6 kilos de parafina que convertí en velones fucsias con baranda, regalos de Navidad.
Con los restos de pintura para tela quise hacer una remera de la amistad y quedó durísima y manchada.
Fuí un caro pero entretenido taller de arte, que cerró de un día para otro y desapareció.
Volví a Handball dos años, pero era muy mala y les hice una favor a todos dejando el equipo.

Tengo 15 años y no hice nada productivo por mi vida.

Hay chicos superdotados que estan haciendo la facultad y la secundaria a la vez, otros que aparecen en películas reconocidas y los vemos crecer, chicas de 90-60-90 que recorren el mundo llevando las mejores prendas puestas, cantantes, bailarines, y yo nada.

No hice nada.

Es sábado, casi termina el año y yo tengo mi gordo culo apoyado en esta silla de patio frente a la computadora, mientras mi papá me mira y se pregunta qué hago acá y no con mis amigas.
Tengo una esperanza de vida de 75 años, ganas de cambiar el mundo y ya desperdicié 15. Por lo que tengo 50 años para hacer algo (los 10 que faltan se estima que esté vieja e incapacitada para hacer algo). Lo más triste es que sé que no hice nada y tampoco hago algo para revertir la situación. Siento que soy un caso perdido para la sociedad. Pero sé que no es así y estoy esperando algo que no sé de qué se trata para cambiar el mundo. Supongo que irme a estudiar, y ser la mejor en mi carrera, pero no sé que voy a estudiar y he aquí un círculo vicioso en el que termino teniendo una vida fracasada.
Vivo hace alrededor de 200 meses y todavía no encontré mi talento. O sí, pero lo frustré porque no me puedo dedicar a eso.
Amo actuar y es lo único que siento que hago perfecto (mentira, creo que canto como Adele, pero me grabé y soy un asco). Pararme al escenario sola, con un reflector blanco apuntandome y dando un monólogo que haga reír a carcajadas a una audiencia de 100 personas, pero al final dejarlos llorando hasta al más dura, mientras sólo estoy leyendo MI letra. Ok, llego a la realidad y pienso en que si me dedico al teatro sería toda mi vida económicamente dependiente de alguien y la sociedad me vería como una hippie falopera; lo que no llevaría a que me escuchen, inculcarles la paz y hacerme la John Lennon.
Pensé en estudiar para ser psiquiatra, lo que le cambiaría la vida a cada paciente psicológicamente enfermo, pero previo a eso tenía que recibirme de médica y todos mis conocidos me dijeron que las cursadas de anatomía me iban hacer vomitar el animal a disecar o el cerebro a investigar (nunca toqué carne cruda, porque no estoy a favor del asesinato de animales).
Mi primer requisito a la hora de elegir una carrera es que sea algo que cambie el mundo, que pueda dejar mi huella y, por supuesto, que sea bien recordada (incluso, si es posible, tener una desmotivación con una foto mía y que diga: Delfina Deltín me enseñó... *en este jugar va lo que les dejé*). Porque soy muy buena en inglés, pero no quiero pasar mi vida traduciendo textos ajenos de cosas que no me interesan, ni tengo la paciencia necesaria para enseñar.
Lo segundo que pienso, juntos, son la ganancia que deja el trabajo y la familia (porque quise ser azafata, pero no podría tener una familia y vivir viajando, madre ausente no).
Sé que lo que más importa es ser feliz y hacer algo que realmente me guste, pero no sé qué me hace feliz y todo se complica.

Bueno, a un mes de cumplir dieciséis años (escrito con letras porque todavía no lo supero) logré entender que lo único que hice es ser la delegada de mi curso de 22 personas, para hablar de manera civilizada con los profesores.
Sin nada más que tirar abajo, voy a poner la pava y, al menos, darle un mate a mi papá.


Aunque me salen feos. JAJAJA

Lo más importante es ser feliz, con la inutilidad. (frase útil para la desmotivación)

1 comentario:

  1. Me encanto y me sentí muy identificada :D Deberías ser escritora o algo de eso jaja

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