Claro, como no me rompí no tengo derecho, ¿no?
A quejarme o a llorar, no tengo derecho.
Porque estoy entera (doblada), pero entera.
Aunque no me quiebre, duele. ¿Sabes?
Si me vas a pegar, pegame muy fuerte.
Así me quiebro, de una buena vez.
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