jueves, 4 de abril de 2019

A quién le rezan los escépticos cuando están desesperados?

A dónde señalan sus índices o sus miradas cuando necesitan ayuda?

Cuáles son sus esperanzas, si no creen en los milagros?

Quién los va a salvar, si no existen los mesías?

Aguantan.

Simplemente aguantan.

Algunos escépticos de nacimiento.

Otros de experiencia. Cansados ya de creer mal.

Un día, dejaron de creer.

Y otros de conocimiento Saben tanto que no creen en nada.

Curtidos de estar solos.

Se la aguantan.

Y si quieren llorar, lloran. Y putean.

Pero no le ruegan a nadie.

Si se puede hacer algo, van y lo hacen.

Si no se puede hacer nada:

se la aguantan.

Y así van por la vida,

aguantando.

Valientes escépticos que se lanzan a la vida bajo la protección de nadie.
Pero ellos saben que mejor solos que mal acompañados.

Invencibles escépticos que pueden tolerar las adversidades sin aferrarse a nada más que a ellos mismos. A las ganas de aguantar.

Autosuficientes sujetos que andan decididos por la vida sin la ayuda de nadie. Sin la promesa de que ningún todopoderoso los venga a salvar.

Igual.

Todos somos capaces de aguantarnosla.

Solos, acompañados y engañados.

Todos somos capaces de estar absolutamente solos.

Porque al final.

Todos lo estamos.

Pero el problema,

Es que sólo los escépticos se aguantan la desesperanza.

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