martes, 5 de mayo de 2020

Día 30: escribí tu día en 4 escenas

Primer acto

La inercia y la alarma abren mis ojos cansados, víctimas del desvelo del café que no debí tomar después de la cena. Igual valió la pena. En este momento tomarme un café, además de una mala idea, es un regalo que me hago. Prefiero robarme una hora de sueño y deleitarme con veinte minutos que me dura la infusión y el cigarrillo.

Segundo acto

Nuevamente la alarma abre mis ojos después de un fugaz descanso de diecisiete minutos. En otro momento hubiera dicho "para qué voy a dormir veinte minutos?", hoy aprovecho cada vez que puedo para apagar mi mente por un rato.

Tercer acto

Hay viento, llueve y hace mucho frío. Diría que el primer frío del año. Hace días que ruego por estar afuera pero hoy me hubiera quedado adentro tomando un café. Menos mal que lo tomé anoche.

Cuarto acto

La idea del mediodía de aprovechar cada segundo para descansar se diluye con la necesidad de pensar y repensar cosas que no debería traer a colación antes de dormir. Después de un día frío un baño caliente es un oasis. Aunque también es cuna de los pensamientos de no debería remontar antes de dormir. Será uno breve y me acostaré enseguida. Esta vez no me regalaré el café.

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