lunes, 24 de agosto de 2015

Capítulo tres

Cada persona tiene sus dramas y mambos, un historia y un pasado que la fueron marcando. Cada persona piensa que es la más feliz o la que más tragedias sufre. Es como una parte del humano querer destacarse en eso. "A mi me pasan todas" o "yo soy el más feliz del mundo", cosas que cuando estas realmente feliz o realmente triste, no te interesan.
Yo siempre dije que era una desgraciada, hasta que toqué fondo ese Domingo y no pude decir nada. 


15:57 hs.
Dolía tanto que no pude hablar, no quise quejarme, no quería nada más que calmar mi desesperación. Los ojos chorreando -vacíos- buscando respuestas, la nariz y la boca se peleaban por encontrar oxígeno, aunque fallaban los dos porque el aire no llegaba, la garganta abierta como una arcada eterna que no me dejaba tragar, todas las extremidades temblorosas, dependiendo de las paredes en las que me apoyaba.
Esa persona tan destrozada era una parte de mi que no conocía, porque yo siempre hice que todo girara a mi alrededor, yo era la protagonista de una película y todas las escenas me dejaban brillar. Esta vez, estaba apagada y no quería que nadie me viera. El dolor era real y no quería llamar la atención rompiendome la mano o puteandome con alguien. Quería llorar hasta morirme, porque el dolor nunca iba a cesar.

16:31 hs.
-¡Hacelo parar, mamá! Hacé que pare de doler por favor, ¡hace algo, mamá!- grité y sollocé en la falda de mi mamá como una nena, porque descubrí lo que era verdadero dolor cuando el abrazo de mi mamá no lo calmaba.
Ella lloraba mientras me contenía, con ese amor tan puro y ese olor a mamá que te hace sentir que ella es el hogar, que con ella estas a salvo. Aunque las manos que me sostenían eran esas tan queridas, no podía dejar de sentir que me estaba muriendo.

15:21 hs.
-¡No sé por qué pasó, hija! Te pido por favor que no hagas una locura, es parte de la vida Api.. Sé que duele, lo sé..- mi Mamá lloraba y me abrazaba, tenía miedo de mi.

Cuando uno está dramatizando pone música muy triste y busca recordar cosas que le hacen mal para poder llorar y sentir que le pasa algo, por más que no sea placentero.
Cuando realmente duele, lloras como una defensa para no morirte. Lloras como si fuera una forma de drenar el dolor, de aliviarlo un poquito. Como cuando te quemas y metes el dedo bajo el chorro de agua fría. No decidís si lloras o no, simplemente pasa y lo dejas fluir, porque aunque sientas que nunca vas a dejar de llorar, el alma se siente relajada y se expresa a través de tus ojos que no entienden nada.

15:08 hs.
Nos subimos al auto y Mamá todavía lloraba, sin darme explicaciones.
-Dale, decime lo que pasa porque yo tengo mis problemas, no tengo ganas de verte llorando.
Me apuntó con una mirada rara, como de compasión e ira y me dijo con la mandíbula apretada:
-Te pido por favor que por una vez en la vida dejes de querer ser el centro de atención- no sé qué significaba eso pero me callé. 

15:53 hs.
Paramos en la puerta del departamento de Aldi, me miró y me dijo: 
-Esta mañana Aldi tuvo un accidente con el novio, fue en el acto...

Mientras yo buscaba la forma de arruinar mi felicidad amaneciendo con mi ex, mi mejor amiga estaba siendo feliz, viajando con su novio de siempre y una mala maniobra los mató a los dos. Así, de la nada. 

17 hs.
Después de pasar a saludar al padre de Aldi, obligada, porque no quería que me viera tan poco consoladora, logré convencer a mamá de que me dejara estar sola. En realidad yo que ella no me hubiera dejado sola, pero es difícil convencerme de cosas y más cuando estoy tan destrozada.
Cuando entré a mi departamento miré el vacío que había y supe que había ido a hacer algo: a empezar a pensar en la muerte de mi hermana del alma. Como cuando llegás directo a cocinar, llegué a sentarme y pensar. Pensar en las cantidades de cosas pendientes que quedaron. Pensar por qué mierda se murió ella que era tan brillante y feliz, y no yo, que era Puro Huesos. Pensar cuánto la había apartado de mi vida en el último tiempo, porque contarle las cosas a ella era mi única forma de darme cuenta de mis errores, (de los que jamás me hice cargo). Pensar quién iba a ser la que me encarrilara cuando estuviera errada. Pensar. Pensar. Cuánto duele, pensar digo. 
Mirada al vacío, Philip en mano y un llanto silencioso que me recorría hasta las clavículas. Miles de recuerdos que me torturaban. Una sensación desconsoladora de vacío, como fría, como ardiente, en el pecho. 
No sé cuánto tiempo estuve en esa escena, no tuve noción del tiempo. Pensé: "así va a ser tu vida ahora, Api". Sentía que nunca iba a abandonar esa silla, que nunca iba a enfocar la vista de nuevo y que nunca iba a tener la cara seca. Me quise morir así. Se hizo de noche, y me acosté a dormir.

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