jueves, 9 de agosto de 2018

#8A

Hoy estoy de luto, hijo.

Hoy la mitad del país está dolida, y la otra debería, porque ya les avisamos lo que iba a pasar, e igual no nos escucharon. Se aferraron a "las dos vidas" y nos impusieron sus rosarios otra vez. 
Sigo esperando un argumento que me explique cómo pueden los representantes del pueblo avergonzar a la sociedad con semejante impunidad, pero no existen argumentos. Existen intereses económicos, ideas conservadoras y presencia de derecha patriarcal elitista. Te traduzco: viejxs forrxs de clase alta que se llenan los bolsillos con el mercado negro del aborto clandestino, así mantienen en el clóset sus deslices y, de pasada, quedan bien con dios -y con el diablo-.
Hoy me tragué toda la esperanza de que, por fin, fuéramos la prioridad. 
El 28 de junio nos abrieron la jaula y nos dieron una dosis de libertad, nos permitieron soñar, nos permitieron creer que este año iba a cambiar la historia para las mujeres. Y como se abrió, se volvió a cerrar.
Te lo cuento a vos, futuro hijo sano del feminismo, porque soñé con contarte este día histórico y soñé con explicarte que las mujeres podíamos decidir cuándo ser madres gracias a esta lucha. Pero será otro año. Ojalá sea pronto. Y vos vas a saber que las mujeres decidimos aunque sea legal o no, porque ya lo descubrimos y lo demostramos. La decisión siempre es nuestra, y ahora nos tenemos entre hermanas para poder vivir nuestra libertad sin pagarla con nuestra vida.
Hoy no tuvimos el apoyo del Estado. Pero este año la lucha se lleva otra victoria: tenemos el nuestro apoyo y el de todos los pibes que se dieron cuenta de que nos están cagando.
Y cada vez es más grande el ejército que va a la batalla con los pañuelos, las banderas y los bombos. Somos un ejército imparable que cada vez domina más dentro de las Cámaras. Somos una marea verde.
  Fueron 38 los cómplices del aborto clandestino. Bueno, 39 si contamos a la presidenta, con su festejo poco afortunado.
Son 39 las caras que voy a recordar cuando entre al cuarto oscuro. Empoderada, decidida, con expectativas que antes no tuve. Ahora sé qué es lo que quiero y quién va a representar mis ideales. Ahora todos sabemos que nuestros diputados no saben hablar, que nuestros senadores no leen los proyectos y que los presidentes de cámaras insultan. Quedó en evidencia que estábamos pifiando a la hora de votar. Y no vemos la hora de compensar los votos perdidos. Así que agarrense, porque el altar que los mantuvo allá a lo alto se va a caer (se está cayendo) y los va a aplastar.

A veces pienso como madre que menos mal que sos varón, Felipe, porque sé que no vas a correr riesgos físicos y psicológicos que tenemos las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.
Pero deseo, y así te educo y lo haré siempre, que elijas ensuciarte las manos por mera empatía. Que te rompa los huevos que a las pibas las destraten, las maltraten o las marginen. Y no quiero que lo hagas porque podría ser yo, o tu hermana, o tu novia. Quiero que de corazón sientas la necesidad de hacer justicia desde el lugar que puedas o quieras. Pero que no hagas la vista gorda, nunca. Eso no se hace.
Sueño con que generes debates controversiales, que me enfrentes a mí y a quien sea, por convicción. Que desafíes todos los cánones que te querramos imponer y que elijas siempre desde la libertad y desde la empatía por les otres. Mirá, hasta estoy usando lenguaje inclusivo para hablarte.

Espero que recorramos juntos el camino de la deconstrucción y que el día de mañana me acompañes en la lucha.

Sé que te traje a un país medio complicado, pero no dudo que mi generación, la tuya y todas las que vendrán, traemos voz al pueblo que se había quedado mudo.

Que sea ley.

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