martes, 12 de mayo de 2020

Día 24: escribile a alguien que ya no está

Fuiste desde el primer día la ausencia que tuve más presente.

Muchas veces me pregunto de qué hablaríamos si estuvieras acá. Si hablaríamos de política, de feminismo, de series o novelas, del desamor o de la muerte.

Vuelvo en el tiempo a reproducir nuestras conversaciones y siempre son banales, son ajenas y superficiales. Pero siempre tenemos las manos agarradas, y nos miramos a los ojos y nos reímos, nos reímos a carcajadas con las manos bien apretaditas.

Mi inconsciente intenta llamarte casi todos los sábados después de almorzar. A ver qué haces, a contarte qué hace Felipe. 
Por ahí la que te llama es mi consciencia, buscando que nos peleemos a ver quién ama y extraña más a la otra. Buscando alguien que me recuerde que soy importante.

Cuando vos te fuiste, perdí a la persona que más me quería en el mundo. Volví a perder una madre, y enterré mi infancia. Todo en 36 horas y casi mil kilómetros de recorrido.

Fuiste la única persona con la que tenía la costumbre de abrazarla y decirle que la amaba siempre que quería hacerlo. 

Hasta te dí un abrazo, sabiendo que sería el último. Te abracé llorando y te prometí que iba a volver pronto. Y volví pronto, pero vos ya no estabas.

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