jueves, 7 de mayo de 2020

Día 28: estás preparando una cápsula del tiempo para enterrar en el jardín. La van a desenterrar en 500 años. Escribí una carta explicando cómo es la vida hoy

Hoy es 7 de mayo de 2020:

Hace 49 días que estamos en cuarentena.
Hace 49 días que no nos tomamos una cerveza con nuestros amigos.
Hace 49 días que no nos ofrecen un mate en la despensa del barrio.
Hace 49 días que no salimos de casa un día soleado sin destino.
Hace 49 días que no hay niños, abuelos ni familias en las calles.

Las que nombré son cosas banales que me di cuenta de que extraño en estos días.

Estamos atravesando una pandemia mundial que a hoy lleva enfermando 3.784.085 personas, y matando otras 264.679.


Las góndolas, las calles y las cuentas bancarias vacías.

Los proyectos del 2020, las escuelas y las ganas de festejar suspendidas.

La ansiedad, el miedo y la soledad presentes en cada persona.


No recuerdo haber estado tan atenta a los boletines oficiales o a la palabra del presidente alguna vez. Cada día es una nueva -cada vez más pequeña- esperanza de que aparezca Alberto Fernández en la televisión y nos diga: ya pasó.

En Argentina estamos postergando un pico de contagios, que si bien servirá para prevenir y evitar más afectados, genera una sensación de espera y de pausa insportables. Hay días que caigo en la realidad de que van a hacer dos meses que vivimos en esta nueva realidad tan distinta, y empiezo a sentir la desesperación de que podría acostumbrarme a esto y a temer encontrarme dentro de 5 años en esta misma sensación de bypass, con el presidente en la cadena nacional diciendo que la ola se espera para el mes que viene.

Es tanta la quietud que los días pasan volando. El mes de marzo parece no haber existido, y abril fue un parpadeo. Este año lleva cuatro meses y no parece haber sucedido nada. Sólo la espera.

Aguanto. Me quedo en mi casa. A eso de las siete de la tarde me desespero, pero se me pasa para la hora de comer. Duermo, trabajo, duermo, como, trabajo, como, duermo, trabajo, como, duermo, cómo trabajo? Cómo duermo?

Ya tuve tiempo de extrañar gente, de extrañar el aire, de planificar proyectos en la ducha, que veté en el escritorio. Ya tuve sueños, ya tuve pesadillas. Ya me ilusioné y me frustré mil veces. Ya miré las películas y me tomé los mates que me debía hace años por estar demasiado ocupada. Ya terminé los libros que había dejado a medio leer. Ya planifiqué mil veces lo que voy a hacer cuando sea libre. Ya jugué a la canasta y ya intenté armar un rompecabezas de mil piezas. Ya lo abandoné. Ya me corté el pelo y ya me arrepentí. Ya cociné todas las recetas que había guardado para no hacer nunca. Ya tuve una familia en el Sims.


Ya hice todo lo que extrañaba

Y ya extraño todo lo que hacía

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